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18 de noviembre | 2022
Se entiende por habilidad blanda cualquiera de las capacidades de un trabajador que va más allá de la formación o la experiencia profesional. Nos referimos, por ejemplo, a la capacidad para comunicar, la responsabilidad, resolución de conflictos, el liderazgo o el trabajo en equipo. Estas competencias son parte de nuestro carácter, se inculcan en nuestra educación desde niños pero también se pueden trabajar o incentivar.
Las empresas valoran mucho este tipo de habilidades. En este artículo te mostramos cómo diferenciar habilidades blandas y duras y te dejamos unas claves para entrenar tus habilidades blandas a través de proyectos, talleres o proyectos de planificación.
Desarrolla tus talentos y completa tu CV con estas habilidades blandas que te ayudarán a mejorar tu capacidad comunicativa y organizativa para encontrar ese trabajo que llevas tiempo persiguiendo.
A las habilidades blandas o soft skills, por su traducción en inglés, también se les llama habilidades suaves o competencias suaves. No obstante, todos estos términos se refieren a lo que científicamente se denominan habilidades no cognitivas. Lo importante es que éstas se refieren a las cualidades individuales de cada persona. Es decir, son las actitudes que van sumadas a tu experiencia y profesionalismo.
Pues sí, su origen se debe a que en esta clasificación se agrupan los conocimientos o competencias que no son tangibles o cuantificables; desde el punto de vista académico o de empleabilidad. Dicho de una manera aún más sencilla, las soft skills son las destrezas que tienes y que no necesariamente se aprenden en la universidad o en el desarrollo de la carrera y que aportan mucho a la hora de alcanzar el éxito en el mercado laboral.
Por ejemplo, una habilidad blanda puede tratarse de los rasgos de personalidad, el grado de eficiencia al ejecutar tareas o atributos más específicos; como valores o aprendizajes complementarios a tu profesión. En cierta forma son las características que de algún modo no se relacionan a la formación educativa, como la actitud positiva o el liderazgo. Si quieres ampliar la información, consulta el artículo: Las habilidades blandas competencias para el nuevo milenio.
¿Te ha pasado que conoces a alguien muy inteligente pero que nadie quiere trabajar con esa persona? Si la respuesta es sí, ya comienzas a entender cuál es la importancia de las habilidades blandas. Acostumbran a ser personas poco comunicativas, y de hecho, para conseguir un empleo se evalúan también las competencias suaves porque son las que aseguran un buen ambiente laboral.
Así que presta atención, si además de ser un buen trabajador, eres una buena persona, seguro que tendrás éxito. Sin embargo, no todos poseemos los mismos tipos de habilidades blandas y esto hace necesario que los empresarios se dediquen a formar a su personal en este campo. Las habilidades no cognitivas son las que marcarán la diferencia entre un empleado u otro, en este mundo tan competitivo.
Debes comprender que se pueden fortalecer y consolidar las soft skills. De esta manera, se incide en las relaciones interpersonales, la autoestima y la forma en la que se actúa en ciertas circunstancias. El patrono siempre buscará una persona que resuelva los problemas técnicamente sin afectar la comunicación con los colaboradores y que al mismo tiempo sea eficiente.
Cabe destacar cuáles son las diferencias entre habilidades duras y blandas, siendo la más elemental que, la primera está relacionada con la carrera o el puesto de trabajo; mientras que la segunda tiene que ver con las emociones, interacciones y relaciones. Para entender mejor este punto, la Universidad de las Américas y el Caribe ha reunido las soft skills más buscadas por los empleadores:
• El poder de comunicación y la facilidad para relacionarse con otros. Expresar tus ideas y escuchar las de los demás, para que ambos puntos de vista queden claros, así como la atención al público; es de las más solicitadas.
• Para un jefe es vital la responsabilidad, ya que eso le da la seguridad de que las tareas se cumplirán en el tiempo establecido y de la manera que la organización lo requiere.
• Las figuras con liderazgo se buscan principalmente para los cargos con funciones de supervisión o gerenciales. Esta habilidad blanda sumada a la proactividad y creatividad, podrían convertirte en el candidato idóneo.
• El trabajo en equipo es una de las habilidades blandas más comunes de leer en los curriculum vitae. Esto se debe a que se buscan personas que entiendan y reconozcan que forman parte en la búsqueda de un objetivo común para la empresa.
• La resolución de conflictos es indispensable en un buen trabajador. Una organización necesita personas que aporten para superar las situaciones difíciles y que generen un aprendizaje individual y colectivo.
Muchos autores e investigadores coinciden en que las soft skills deben entrenarse desde la infancia ya que en su mayoría se aprenden a través del ejemplo. En otras palabras, la educación del hogar es fundamental para crear individuos con alto sentido de responsabilidad, ética, el trabajo en equipo y otra serie de valores aplicables en el trabajo.
No obstante, te preguntarás cómo entrenar las habilidades blandas. Desde las compañías y hasta de “motus propio” se pueden buscar talleres y formaciones para fortalecer las mismas. Asimismo, es indispensable que se creen espacios para poner en práctica lo aprendido de manera que se modele la conducta. Las más recomendables son las que se realizan en equipo por medio de dinámicas.
Dentro de las claves para entrenar las habilidades blandas también se resaltan las que promueven la planificación. Así asumirás proyectos de forma organizada, cumpliendo con los parámetros impuestos. Por otro lado, mantener la actitud positiva también puede entrenarse; es decir, la capacidad de transformar las debilidades o contratiempos en desafíos para obtener oportunidades de éxito.
A modo de ejemplo, aquí te compartimos actividades para desarrollar las habilidades blandas. Los siguientes ejercicios en equipo colaboran con la inteligencia emocional, la comunicación, la atención al cliente, entre otros aspectos.
1. Aprender a escuchar y a solidarizarse para una comunicación efectiva
El moderador mostrará al grupo un conjunto de diez imágenes varias, de personas sin ejecutar acción alguna; pero con señales específicas. Por ejemplo, lentes, camisa a color, a rayas, a cuadros, algún objeto, etc. Posteriormente, les presentará el mismo número de etiquetas con sustantivos que se supone corresponden a las fotografías en orden aleatorio. La idea es que formen parejas de fotos y etiquetas.
Una vez se tengan las respuestas de todos, el coordinador de la dinámica develará las respuestas correctas; que necesariamente deben ser las menos obvias. La idea es que se demuestre que no todo es lo que aparenta ser y que hay que darse la oportunidad de conocer a las personas más allá de su físico o vestimenta.
2. El juego de la cuerda, trabaja en el liderazgo y la resolución de problemas
El recurso que se utilizará en este ejercicio es una cuerda de al menos diez metros de largo. A ésta se le harán tantos nudos como número de personas estén jugando. Se deben conformar equipos de ocho personas y a su vez dividirlos en dos subgrupos. El primero se encargará de formar figuras geométricas con la cuerda, mientras tienen los ojos vendados. Y los segundos podrán ver, más no hablar, y harán lo mismo.
Esta dificultad obligará a establecer estrategias para la resolución de problemas, liderazgo, comunicación y trabajo en equipo, para poder darle fin a la actividad.
