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23 de enero | 2023
Las actividades extraescolares de los pequeños suelen estar organizadas por los centros educativos (aunque pueden no celebrarse en la misma institución) y permiten que los niños disfruten de aquello que más les gusta más allá del proceso de evaluación educativa. Tienen un carácter voluntario y deben acordarse siempre con los pequeños ya que sería contraproducente que se sintieran obligados a hacer algo que no les gusta.
Estas actividades pueden ser de carácter deportivo, artístico o de refuerzo de acuerdo a sus necesidades escolares. Si están bien planificadas, serán un complemento ideal en la formación de tus hijos. En este post, te señalamos 10 beneficios que pueden aportar las actividades extraescolares tanto a los niños como al resto de la familia.
Sigue nuestras recomendaciones sobre actividades fuera de la escuela y haz que tus hijos saquen el mejor provecho de su tiempo libre mientras se divierten y siguen formándose.
Las actividades extraescolares son aquellas que poseen carácter didáctico, cultural o recreativo y que puedan realizarse dentro o fuera de la institución educativa. Se caracterizan por estar organizadas por la comunidad educativa y contar con la participación de alumnos, profesores y en algunos casos, padres y madres.
Se diferencian de las actividades complementarias porque están planificadas fuera del horario de clases, son voluntarias y no forman parte del proceso evaluativo. Por otro lado, apuntar a los niños en estas clases, va a depender de su edad, sus necesidades escolares, su estado físico, capacidades intelectuales o cualidades artísticas, entre otros aspectos. Solo así se convertirán en el complemento perfecto para la formación de tu hijo.
Se trata de administrar el tiempo de ocio y convertirlo en algo productivo que potencie su inserción a la sociedad. La función organizativa de estos programas es responsabilidad de un Departamento de Actividades Complementarias y Extraescolares y su puesta en práctica debe aprobarse por el Consejo Educativo. Deben integrarse con normalidad en el régimen ordinario de clases y fomentar valores como el respeto, la socialización o la cooperación.
1. Optimizar la rutina de los padres
El ritmo social de hoy en día hace que los padres deban cumplir varios papeles y necesiten organizar sus rutinas y sincronizarlas con la de sus hijos. Muchas veces requieren de más tiempo para culminar su jornada laboral y estas actividades son la mejor opción para mantenerlos seguros y entretenidos mientras logran desocuparse.
2. Canalizar la energía del niño
Para nadie es un secreto que los chicos cuentan con una gran reserva de energía. Inscribirlos en algún deporte después del colegio ayudará a gastarla, sobre todo si cuentan con algún tipo de síndrome como hiperactividad o alguna forma de estrés. Como resultado tendrás un niño equilibrado en casa y que irá a la cama sin problema.
Numerosos Investigadores han concluido que uno de los agentes de mayor estrés en la infancia es la cantidad de tareas y responsabilidades asignadas en el colegio. También lo son la ausencia de espacio y tiempo para el juego y el descanso durante la jornada de estudios formales.
3. Fortalecer la socialización
Al no estar en un entorno tan estricto como el escolar, las relaciones interpersonales ayudan a la hora de socializar, hacer amigos y crear nexos. Las actividades extraescolares aportan seguridad y contribuyen a forjar el carácter ya que las dinámicas son más idóneas que los ejercicios a la hora de memorizar conceptos.
4. Promover el trabajo en equipo
Algunas actividades extraescolares, principalmente las deportivas o artísticas, ayudan a promover el trabajo en equipo por su alto grado de socialización. Al mismo tiempo, se refuerzan valores como el respeto, la solidaridad y la tolerancia, que a menudo quedan olvidados en el horario académico.
5. Favorecer el estado físico
Si complementas la educación de tu hijo con alguna clase que implique ejercicio físico, eliminarás el sedentarismo de sus vidas. De igual manera, prevendrás la obesidad y cualquier otra enfermedad ocasionada por la falta de entrenamiento.
6. Estimular el aprendizaje
Los pequeños y adolescentes están recibiendo la motivación necesaria para aprender algo fuera del aula mientras se dedican a las actividades extraescolares. Así, estarán alerta ante la posibilidad de nuevos conocimientos lo que repercutirá en el proceso de enseñanza.
7. Mejorar la salud emocional
En cuanto a la parte psicológica y las emociones, las más recomendadas son las actividades relacionadas al arte. Les ayuda a reconocer sus sentimientos y los de los demás, enseña autocontrol y a evitar la ansiedad e irritabilidad. Al mismo tiempo, les enseña a motivarse a sí mismos y a respetar las emociones ajenas.
8. Administrar el tiempo libre
Lo más importante es que se dediquen a cosas que les apasionen pues de lo contrario no se sacaría el máximo provecho a su tiempo libre. Igualmente, las actividades les alejan de la televisión, los ordenadores o el móvil, llegando a convertirse en sus hobbies o en su primera opción de recreo para los fines de semana.
9. Proveer comodidad para traslado y horarios
La comodidad no debe convertirse en la ventaja principal para que tus hijos practiquen actividades lúdicas fuera del horario de clases pero sí es uno de los beneficios para la familia. Al tener lugar en el propio centro educativo, se evitan gastos extras como transporte. Por otra parte, se tiene la seguridad y la confianza de que están en buenas manos hasta ir a recogerlos.
10. Apoyar a las familias en la educación
Refuerzan los valores que se enseñan en casa y son un gran apoyo para que un especialista les ayude con sus deberes, a repasar las clases o adelantarse a los próximos contenidos a estudiar. Esto también brinda tranquilidad a los padres porque no tienen que hacer las tareas con los niños y pueden aprovechar mejor su tiempo juntos.
Como ya se había mencionado, se deben tener en cuenta los gustos y habilidades de los pequeños antes de apuntarlos en una actividad extraescolar. Los padres deben ser conscientes pues si el niño no lo disfruta será contraproducente. No se les puede imponer algo por el mero gusto de los adultos.
Es necesario pasar un tiempo de prueba en el que se verá si a tu hijo le motiva estar en esa clase. Es importante hablar sobre ello y si el niño no se siente cómodo, es mejor cambiar la actividad. Tampoco es recomendable inscribirlos en muchas actividades para evitar el agotamiento y la sobreestimulación.
Hay que mantener un equilibrio entre el estudio, el descanso y el ocio. Recuerda que son niños y su organismo es diferente al tuyo. Las actividades extraescolares y el rendimiento académico, sus diferencias en autoconcepto y género, quedan expuestos en un trabajo de la Universidad de Murcia.
Los análisis de dicha investigación apuntan que los menores que reciben formación adicional en asignaturas como inglés e informática obtienen mejores calificaciones que el grupo que solo acude al horario académico. Igual sucede con los inscritos en música y deportes, certificando los beneficios que se sacan de estas actividades.
